martes, 5 de enero de 2010

El regalo de la hermanita.


El propietario del establecimiento, que estaba tras el mostrador, miraba a la calle, distraídamente, a través del cristal del escaparate. Una niñita se aproximó al negocio y apretó su naricita contra el vidrio. Los ojos de color del cielo brillaban, cuando vio un determinado objeto. Entró en el negocio y pidió ver el collar de turquesa azul.


- Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete para regalo que sea muy bonito?- dice ella.


El dueño del negocio miró desconfiado a la niña.


- ¿Cuánto dinero tienes?


Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo, todo atadito, y fue deshaciendo los nudos. Lo desató totalmente y puso su dinero sobre el mostrador.


- Llega con eso, ¿verdad? Es todo lo que tengo.


Eran apenas algunas monedas, pero ella las miraba orgullosa.


- Mire, señor, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Esta noche es la noche de Reyes, yo ya se todo sobre los Reyes Magos, pero ella se merece éste regalo, y tengo la seguridad que quedará feliz con el collar, que es del mismo color de sus ojos.


El hombre, visiblemente emocionado, fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.


- Toma, dijo a la niña. Llévalo con cuidado.


Ella salió feliz, corriendo y saltando calle abajo.


 El día siguiente a Reyes, una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio y colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio, deshecho.


- Este collar, ¿fue comprado aquí?


- Si, señorita.

- ¿Y cuánto costó?


- ¡Ah!, - habló el dueño del negocio-, el precio de cualquier producto de mi tienda, es siempre un asunto confidencial entre mi cliente y yo.


- Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tendría, ni de lejos, dinero suficiente para pagarlo.


El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven.


- Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar. ELLA DIO TODO LO QUE TENÍA. Y usted está haciendo lo mismo por ella, está dándole todo lo que tiene y aún más. Lleve el collar, le pertenece, su hermanita se lo regaló.


El silencio llenó la pequeña tienda, y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven, cuando sus manos tomaron, de nuevo, el pequeño envoltorio.

5 comentarios:

Cualquie dijo...

Hola, Imper. Pues muy sencilla la hsitoria pero muy bonita.
Un abrazo fuerte

nieto1 dijo...

Buenas noches:

¡¡¡PRECIOSO!!!, que tengas una feliz noche de REYES (ya que supongo que habras sido un buen chico), que traigan muchos regalos, lo más importante es que seas FELIZ tu y tu familia.

Un abrazo

Emperador dijo...

Una historia preciosa y un ejemplo de amor, amigo Imper.
Un abrazo de Reyes.

Lydia dijo...

Emocionante historia. En la sencillez hay sabiduria.

Un abrazo,

PRIMEROABRIL dijo...

Hola Impertérrito,

leí la historia hace unos días y veo que aún no has vuelto a escribir. Espero volver a leer un relato tan lleno de sentimiento como este.

un abrazo de Aladroque, alias PrimeroAbril