jueves, 17 de febrero de 2011

Lubina al cava.

Algunos de los que ésto leeis y me conoceis, sabeis de mi afición a la cocina. Hoy, al ser mi post número 100, voy a poner una receta, y así abro el camino a futuras recetas culinarias. Debuto con una exquisitez que espero os guste. Mi amiga Paqui, a quien dedico éste post, ya la ha probado. Perdonad si soy muy explícito, pero es que cuando hago las recetas las desmenuzo mucho, para recordarlas yo mismo después y no equivocarme en nada.
Esta receta no es un plato único, pues no tiene la consistencia necesaria para ello. Completar con lo que se quiera, teniendo en cuenta que es pescado preparado de una forma especial. Al final pongo unas sugerencias.
Buen provecho.

SUPREMAS DE LUBINA AL CAVA

INGREDIENTES

Lubinas (normalmente una por persona, que no sean pequeñas, limpias de piel y espinas).
Mantequilla (unos 80 gramos) o margarina en igual cantidad.
Harina (tres cucharadas soperas sin colmar).
Cava (250 c.c.).
Caldo (Fumé) de pescado (unos 3 cazos, alguno mas si el cazo es muy pequeño).
Caviar negro y rojo (1 cucharadita de las de café de cada uno).
Sal.
Pimienta negra.

PREPARACIÓN

Se limpian las lubinas y se obtienen las supremas, es decir, se despoja a la lubina de toda espina, piel etc., quedando solo la parte comestible del pescado (las supremas). Si pedís que os lo hagan en la pescadería, que os den las cabezas, piel y raspas.

Con las cabezas, la piel y las raspas de las lubinas, obtendremos un fumet (caldo de pescado), para lo cual pondremos 2 vasos de agua grandes en una cacerola, con las espinas, piel y cabezas, dejando cocer 30 minutos y colándolo a continuación. Se reserva el caldo ya colado manteniéndolo caliente.

En una sartén, se echa la mantequilla (o margarina) y se pone a derretir, con fuego medio.

A continuación se ponen unas 3 cucharadas soperas, no colmadas, de harina. Se mezcla con la mantequilla derretida hasta que no quede ningún grumo, siempre removiendo y sin quitar del fuego.

Inmediatamente se pone aproximadamente el cava, unos 250 cl., y se sigue removiendo.

Inmediatamente también, se ponen los 3 cazos llenos del caldo de pescado (fumet), sin dejar de remover.

Se pone a continuación un poco de sal y otro poco de pimienta negra molida, si es posible molida en ese mismo instante.

Se comprueba que la salsa no sea muy espesa. Si es así, se añade un poco más de fumet y otro poco de cava.

Ya estando bien la salsa, se ponen las supremas de lubina y se deja cocer durante 10 minutos, hasta que estén hechas.

En mitad de ese tiempo, aprox. a los 5 minutos, se pone una cucharadita de las de café, de caviar negro, esparciéndolo, y media cucharadita de caviar rojo, esparciéndolo también.

No dejar de remover la salsa con una cuchara, sin tocar el pescado, para que no se rompa. Estar también moviendo la sartén constantemente para que el pescado no se pegue.

Pasados 10 minutos, como hemos dicho antes, ya está listo el plato. Si observamos demasiada salsa o que ésta está muy líquida, mantendremos algún minuto más, hasta que espese un poco. No debe quedar demasiado espesa. Mas bien una salsa ligera.

Servir y consumir enseguida, pues se enfría con rapidez.

Observaciones:

No es excesivamente calórico, excepto por la mantequilla, pero si no te pones mucha salsa tiene pocas calorías.

Se puede hacer con cualquier cava que nos guste, preferentemente brut. Un buen vino blanco fresquito o el mismo cava (tambien fresquito) va ideal con el plato. Por supuesto, quien quiera puede beber vino tinto o cerveza, no se le prohibe a nadie, pero lo suyo es vino blanco fresquito o cava (o champan francés quien se lo pueda permitir, claro).

Se debe probar la salsa antes de poner el pescado en la sarten, para rectificar de sal. Muy salado no está bueno.

El toque final del caviar (sucedáneo normalmente, excepto pudientes con buen bolsillo) es importante, porque le da una apariencia estupenda. Y el color queda algo rosadito, por el caviar rojo.

Y como acompañamiento, unas verduritas no estarían nada mal. Yo las hago también, y a veces también acompaño con unas patatas hervidas aliñadas con un majado de perejil, con un chorro de aceite (oliva virgen extra), una pizca de sal, un chorrito de limón y unas gotas de vinagre. O ambas cosas, las verduras y patatas.

martes, 15 de febrero de 2011

Os voy a contar una historia verídica.

El protagonista principal es un agricultor inglés. Muy pobre, se ganaba la vida con el duro trabajo de la agricultura, de sol a sol cada día y solo con sus manos, prácticamente sin medios mecánicos. Un dia, mientras trabajaba, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano.

Soltó de inmediato sus herramientas y corrió hacia el pantano. Allí, hundido hasta la cintura en agua y lodo, estaba un niño, aterrorizado, gritando y luchando, tratando de liberarse y llegar hasta la orilla. Fleming salvó al niño de una muerte cierta, lenta y terrible.

Al día siguiente, un precioso carruaje llegó hasta la casa del agricultor. Un noble inglés, elegantemente vestido, bajó del carruaje y se identificó como el padre del niño que Fleming había salvado.

- Quiero recompensarlo, -dijo el noble inglés-, usted salvó la vida de mi hijo.

- De ninguna manera, caballero, no puedo aceptar una recompensa por lo que hice, -respondió el agricultor, rechazando la oferta.

En ese momento el hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.

- ¿Es ese su hijo? -preguntó el noble inglés.

- Sí, -respondió el agricultor, lleno de orgullo.

- Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.

El agricultor aceptó. Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor, se graduó en la Escuela de Medicina del St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje histórico, conocido en todo el mundo, Sir Alexander Fleming, que, como todos sabemos, descubrió la Penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía. Le salvó la penicilina que había descubierto Fleming.

¿El nombre del noble inglés? Randolph Churchill.

¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Recuerda, siempre recibirás a cambio lo mismo o más de lo que ofreces, pero nada que se pueda medir en bienes materiales.

Trabaja para ello como si no necesitaras el dinero.

Ama sin mirar si antes te han herido.


Si estás con problemas de familia, trabajo, salud, etc., ten fe, recuerda siempre que el momento más oscuro de la noche es justo antes de salir el sol.