martes, 15 de febrero de 2011

Os voy a contar una historia verídica.

El protagonista principal es un agricultor inglés. Muy pobre, se ganaba la vida con el duro trabajo de la agricultura, de sol a sol cada día y solo con sus manos, prácticamente sin medios mecánicos. Un dia, mientras trabajaba, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano.

Soltó de inmediato sus herramientas y corrió hacia el pantano. Allí, hundido hasta la cintura en agua y lodo, estaba un niño, aterrorizado, gritando y luchando, tratando de liberarse y llegar hasta la orilla. Fleming salvó al niño de una muerte cierta, lenta y terrible.

Al día siguiente, un precioso carruaje llegó hasta la casa del agricultor. Un noble inglés, elegantemente vestido, bajó del carruaje y se identificó como el padre del niño que Fleming había salvado.

- Quiero recompensarlo, -dijo el noble inglés-, usted salvó la vida de mi hijo.

- De ninguna manera, caballero, no puedo aceptar una recompensa por lo que hice, -respondió el agricultor, rechazando la oferta.

En ese momento el hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.

- ¿Es ese su hijo? -preguntó el noble inglés.

- Sí, -respondió el agricultor, lleno de orgullo.

- Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.

El agricultor aceptó. Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor, se graduó en la Escuela de Medicina del St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje histórico, conocido en todo el mundo, Sir Alexander Fleming, que, como todos sabemos, descubrió la Penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía. Le salvó la penicilina que había descubierto Fleming.

¿El nombre del noble inglés? Randolph Churchill.

¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Recuerda, siempre recibirás a cambio lo mismo o más de lo que ofreces, pero nada que se pueda medir en bienes materiales.

Trabaja para ello como si no necesitaras el dinero.

Ama sin mirar si antes te han herido.


Si estás con problemas de familia, trabajo, salud, etc., ten fe, recuerda siempre que el momento más oscuro de la noche es justo antes de salir el sol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hermoso como la vida misma. No pierde su valor, aunque es una moraleja que siempre nos la contaron, es una verdad y una enseñanza muy afortunada. Tengo fe en ella.(Aunque estoy que trino porque Hacienda me ha venido con una de las suyas y tengo que abonar
el doble de lo que yo declaré, creo que están detrás de mí por ser del PP, hay que reconocer que aquí llevo muchos años y somos casi todos los PP,s conocidos por ellos, aunque no tengo nada solo deudas y la declaración la hace una asesoría y está bien hecha, siempre me dan la lata, estoy un poco harto de ellos, me espían y no es manía persecutoria, no)
Un abrazo grande.-